¿Qué es un zombie? Algo, que no está, ni vivo ni muerto; una especie de grado cero de la biología. Si hoy el género zombie tiene su revival en la industria cultural (aunque más indie y mainstream), ya no es en su modalidad antisistémica a cierto modo de vivir basado en el consumo (un grito de rebeldía), sino como una sustancia más escéptica, más críptica del estado de cosas que vive el mundo. El final es inminente, los recursos naturales que nos proveen la vida diaria son finitos, los huracanes y los tsunamis nos azotan, la saga Zeitgeist, la ciencia que nos recuerda a cada rato cuándo el sol supuestamente se apagará hasta que todo quede oscuro, y la vida muera para siempre.
Desde su aparición, el género zombie venía a decirnos en clave alegórica que estábamos alienados (movimientos lentos, estupidez), que comíamos mal y siempre lo mismo (cerebros=comida chatarra). Una crítica solapada al sistema capitalista y su máquina de producir sujetos en serie. Este género desliza una crítica al american way of life. Sus maestros realizadores han sido George Romero (La noche de los muertos vivos y sus sagas). Los renovadores del género podemos encontrarlos en John Carpenter, Peter Jackson (Mal gusto, entre otras), Soy leyenda, basada en el libro de Matheson, y los dos opus del señor Tarantino (From Dawn till dask y Deathproof). Una de las mejores obras de los últimos años que vienen renovando el género tal vez sea la gran Planet Terror, de Robert Rodríguez. Y en los últimos años, con el boom de las series (que en alguna medida están reemplazando a las películas, como el cuento fue reemplazado por la novela en el cambio de siglo IXX al XX), Darabont creó The Walking Dead, que es una mezcla de La noche de los muertos vivos con Lost (grupo de sobrevivientes con diferencias sociales y raciales tiene que aprender a convivir para no ser devorado por la creciente plaga de zombies que azota las ciudades).
Desde su aparición, el género zombie venía a decirnos en clave alegórica que estábamos alienados (movimientos lentos, estupidez), que comíamos mal y siempre lo mismo (cerebros=comida chatarra). Una crítica solapada al sistema capitalista y su máquina de producir sujetos en serie. Este género desliza una crítica al american way of life. Sus maestros realizadores han sido George Romero (La noche de los muertos vivos y sus sagas). Los renovadores del género podemos encontrarlos en John Carpenter, Peter Jackson (Mal gusto, entre otras), Soy leyenda, basada en el libro de Matheson, y los dos opus del señor Tarantino (From Dawn till dask y Deathproof). Una de las mejores obras de los últimos años que vienen renovando el género tal vez sea la gran Planet Terror, de Robert Rodríguez. Y en los últimos años, con el boom de las series (que en alguna medida están reemplazando a las películas, como el cuento fue reemplazado por la novela en el cambio de siglo IXX al XX), Darabont creó The Walking Dead, que es una mezcla de La noche de los muertos vivos con Lost (grupo de sobrevivientes con diferencias sociales y raciales tiene que aprender a convivir para no ser devorado por la creciente plaga de zombies que azota las ciudades).